La llegada de un Caballero al mundo, el ciclo que se repite en su vida.
Pasó veloz y lentamente por aquél túnel, de paredes luminosas, traspasables. De un lado
Pasó el túnel y fue distinto. El frío aire lo traspasó en un segundo, mientras entraba en él
Sólo atinó a llorar….Y su llanto rasgó el aire y fue Vida para quienes lo esperaban. Algunos brazos lo acogieron, pero no era exactamente lo que él deseaba. Y fue una luz nueva para ellos, siendo tan viejo como todos ellos juntos. Lloró, porque deseaba volver, cruzar el túnel otra vez y estar seguro….sin saberlo, su llanto honraba esa Vida, le daba sentido.
Añoraba la libertad, viajar ilimitadamente, sentir frío y calor a la vez, sentirse saciado y con hambre a la vez, no por separado. En aquellos brazos después de un rato, el llanto lo hizo dormir… ¡y pensó que estaba del otro lado del túnel! –qué bien,-pensó- todo fue un sueño, estoy de nuevo en la realidad. Pero al instante (como no podía ser de otra manera) una voz le comunicó-tal vez todo fue realidad, y estás de vuelta en el sueño. Supo que debía volver, porque así lo había elegido.
Despertó, y el dolor de aquel mundo lo embargó. Lloró muchas veces añorando aquello que conocía. Allí donde los caminos eran fáciles de seguir, así como pasar de uno a otro, y no se tenía que preocupar por su seguridad porque tenía la certeza de su existencia grabada en al alma y a su alrededor.
Lo único que lo calmaba era dormir, entrar en un sueño profundo donde se liberaba y parecía que tenía Todo otra vez. Pero siempre debía despertar.
De todas formas, quería seguir allí, algo le decía que era la forma…entonces se decidió a buscar la manera. Y lo logró. De a poco fue olvidando el otro lado del túnel, y fue entrando en el mundo que lo acogía. Lo llamaba. Siendo parte de él, descubrió que muchas veces iba a sentir dolor, y que su llanto era normal (aunque también hubo quienes lo quisieron acallar).
Se armó protecciones, porque aprendió que debía cerrarse a las vivencias que lo pudieran lastimar. Aquello por lo que valía la pena estar abierto, ya lo había olvidado. Consiguió una espada para defenderse,-nunca para atacar-pensó. Más tarde descubrió que esto tampoco era tan fácil, y que ya tenía todo para ser un Caballero, así que a luchar. Las batallas por él libradas son otra historia….
Lo que sí es esta historia, el nacimiento de un bebé Caballero (antes de serlo) y como aún adulto siguió siendo en parte bebé en la medida en que, de una u otra forma, este esquema, cíclicamente, fue vivido más de una vez. Entre una batalla y otra, o en la batalla misma, siendo
No busquemos más que lo que tenemos, con la certeza de tenerlo.
Seamos todo lo que somos, con la certeza y Verdad de Serlo.
Lady Lucy- desde el alba de
junio 2009
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